CIGALAS (500g)

La cigala es una auténtica joya del océano que brilla tanto por su armadura carmesí como por su carne blanca y delicada. Reconocida por su textura firme y sabor dulce que recuerda al de la langosta, la cigala de Mariscos Galicia es un producto de alta calidad. Este crustáceo lujoso es muy apreciado en la alta cocina y entre los gourmets por su versatilidad en una variedad de platos, desde aperitivos hasta platos principales.

 Tamaños Disponibles:

Pequeña (N3): 22-26 piezas por kilogramo, ideal para complementar platos donde la cigala se mezcla con otros sabores del mar.

Mediana (N2): 14-22 piezas por kilogramo, perfecta para protagonizar platos medianos o para una presentación individual exquisita.

Grande (N1): 10-14 piezas por kilogramo, la elección perfecta para impresionar en cualquier mesa, ideal para ser servida como un manjar en sí misma.

Extra (N0): 6-9 piezas por kilogramo, simplemente brutal.

Cada tamaño de cigala se elige meticulosamente para ofrecer la mejor experiencia culinaria, con la garantía de que cada cigala ha pasado por un riguroso proceso de selección y preparación antes de llegar a su destino.

Garantía de Frescura y Calidad:

En Mariscos Galicia, somos conscientes de que la calidad de un marisco como la cigala depende en gran medida de cómo se maneja desde el momento de su captura hasta que llega al consumidor. Por eso, nos comprometemos a entregar cigalas que han sido cuidadosamente seleccionadas, cocidas a la perfección o entregadas vivas, según la preferencia del cliente, y preparadas manteniendo los más altos estándares.

Tiempo de Cocción:

La cocción de la cigala es un arte que realza su sabor natural:

Preparación del Agua: Utiliza agua de mar para capturar la esencia del océano o agua fresca salada adecuadamente.

Proceso de Cocción: Para una cigala mediana, sumérgela en agua fría y calcula 3-4 minutos de cocción una vez que el agua haya empezado a hervir. Ajusta el tiempo si optas por tamaños más pequeños o más grandes.

Recomendaciones de Consumo:

Las cigalas son una delicia culinaria que puede servirse en una variedad de formas. Cocidas y servidas frías en una ensalada de mariscos, o calientes con un chorrito de limón y un poco de mantequilla derretida, estos crustáceos son una adición lujosa a cualquier plato. También se pueden incluir en arroces aromáticos, donde su sabor se infunde en cada grano, o en platos de pasta, donde su carne puede ser el punto focal de un plato verdaderamente memorable.